ÍNDICE Biografía

 

I José Arrue, pintor de lo rural y lo urbano, por Amaia Mujika Goñi

II José Arrue, ‘Pepe’: el poeta de jebos y chimbos, por Amaia Mujika Goñi

III José Arrue. La estética de lo útil, por Amaia Mujika Goñi

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Sociedad ARRUE y ARANGUREN (Matilde Arrue Gorostiza y Elena Aranguren Iturrioz), 1889-1894

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  Durante el transcurso del año 1888, Matilde Arrue fue gestando otro proyecto que le ilusionaba especialmente: un ALMACÉN DE MÚSICA Y PIANOS que fuera a la vez editorial musical. Por un lado, la demanda de pianos comenzaba a crecer entre la clase media y la burguesía bilbaina y, por otro, los zortzikos se habían puesto de moda entre muchos compositores y eran muy solicitados por el público. Para llevar a cabo el proyecto, Matilde se asocia con Elena Aranguren Iturrioz, hija de Mateo Aranguren Añivarro. La Sociedad Arrue y Aranguren se constituyó el 20 de marzo de 1889, mediante escritura ante el Notario Público Don Félix Uribarri. Absorbía todos los negocios anteriores que, hasta entonces, figuraban bajo la firma MATILDE ARRUE y se ampliaba con la creación de otro dedicado a la venta de música y pianos. Faltaba, únicamente, elegir un local. Una vez encontrado y acondicionado, el nuevo comercio se inauguró en el número 12 de la calle Bidebarrieta, el 1 de noviembre de 1889. En el Archi
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1908 SEVILLA con Maeztu

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  José Arrue, La Pasarela (detalle), Sevilla 1908 Diego López García, Cartel publicitario 1908 El origen de la Feria de Sevilla se remonta a 1846 cuando dos concejales del Ayuntamiento  — un vasco, José maría de Ibarra, y un catalán, Narciso Bonaplata —  idearon organizar una feria de ganado que se celebraría anualmente, durante tres días, en el mes de abril. La Feria de Abril de 1908 tuvo un carácter especial debido a la conmemoración del centenario de la Guerra de la Independencia. Con tal motivo se organizó un especial evento bajo el nombre "España en Sevilla", que congregó a diversos grupos regionales, quienes acudieron con sus trajes típicos. José Arrue y Gustavo de Maeztu, tras haber finalizado la "aventura" de El Coitao, decidieron acudir a Sevilla no sólo para disfrutar de la Feria sino también para conocer la ciudad, sus monumentos y, sobre todo, su gente. José tenía entonces 22 años y Maeztu 20. Ambos quedaron entusiasmados de la experiencia.           E
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